APUCA - Asociación Pilotos U-Control Argentinos
A la basura ..
Por Juan Carlos Pesce (LV 2820) - jcp541@gmail.com

 

 

¡Pero no tan rápido! Con las LiPo esto no es tan sencillo. Por lo general, cuando se agotan las pilas de una linterna o una radio portátil (las comunes, no recargables), las arrojamos al tacho de basura sin más trámite. Eso actualmente es posible ya que ahora los componentes y las cantidades de los mismos con que están fabricadas así lo permiten. Si el lector lo desea, ese tema lo puede ver detalladamente en: http://www.tuverde.com/2009/09/pilas-claves-sobre-como-manejarlas-hoy-por-un-especialista/

En el caso de las LiPo la situación es más peligrosa. Imaginen a alguna de esas personas que vienen (en la Ciudad de Buenos Aires y en algunos otros lugares) todas las noches a desparramar y revolver el contenido de las bolsas de residuos que sacamos a la calle, que se ponga a manipular una LiPo y se produzca una reacción química violenta, a los pocos minutos tendremos un patrullero en la puerta de casa y seguramente vamos a pasar un mal rato.
 

Estos son los resultados de distintos accidentes ocasionados por un mal manejo de las LiPo.
Las imágenes fueron subidas a un conocido Foro de R/C americano

 

Por eso he recopilado algunas recomendaciones de los entendidos sobre el procedimiento adecuado para “esterilizar” las LiPo que “no van más” y también he complementado con algunas impresiones personales que surgen de la lectura de los informes técnicos y las distintas experiencias que se han subido a Internet.

Como advertencia inicial, de lo visto surge la recomendación de que los aeromodelistas se informen detalladamente sobre lo que hay que hacer en estos casos ANTES de comenzar a usarlas. Una vez frente a la situación concreta, las demoras haciendo consultas o directamente hacer lo que uno piensa que es lo mejor, puede desembocar en situaciones peligrosas. A efectos del tratamiento a aplicar, vamos a enfocar el tema según el lugar donde se detecta la LiPo con problemas, ya sea en el campo de vuelo o en casa.

Este aeromodelista, que había estrellado su modelo contra el suelo, simplemente colocó los restos del mismo en su vehículo… Siempre convendría tener un matafuego a mano…

 

En el campo de vuelo

Si en una LiPo se detecta algún síntoma de avería (pronunciada hinchazón, temperatura muy alta que impide tocarla, fractura de alguna celda o rotura de su envoltorio de aluminio, emisión de humo u olor extraño y fuerte) no debería ser transportada  a casa sino descargada totalmente (de ser esto posible) y descartada en el mismo lugar. Los clubes deberían colocar carteles informativos al respecto, indicando el procedimiento a seguir.

Como el aeromodelista en general es muy habilidoso, puede haber alguno que se sienta tentado a investigar qué fue lo que le pasó a la batería “que hasta ayer andaba perfectamente” o bien otro que considere la posibilidad de separar las celdas agotadas o averiadas para aprovechar las restantes, queaparentemente todavía son útiles. Estas manipulaciones son una práctica peligrosa que puede llevar a situaciones de riesgo.  Aunque no son baratas, el costo de una batería no justifica correr el riesgo de tener un accidente. 

Los clubes podrían tener a disposición de los socios un juego de lamparitas de auto con clips y/o conectores que serían utilizados para descargar totalmente estas baterías, salvo que el deterioro sea importante (impacto contra el suelo u otra situación que la haya colocado en situación deplorable) en cuyo caso intentar esta descarga previa es desaconsejable. Hasta 3 celdas se utilizará una lamparita de stop de auto, con más de 3 se colocarán dos en serie, cuando deje/n de emitir luz, nos indicará que la batería está totalmente agotada. No hace falta recordar que las LiPo toman temperatura durante la descarga, por lo que se colocarán sobre una superficie ignífuga. Finalizada esta instancia, si se lo desea se pueden rescatar los conectores, aunque su costo no es excesivo. Luego la batería será empaquetada con dos o tres bolsas plásticas y encintada.

Resultará necesario que el club asigne un lugar apartado específicamente destinado al depósito de las LiPo descartadas, un tacho de 20 litros de capacidad ubicado en una zona abierta y alejada sirve para cumplir este objetivo. Ese lugar debe estar adecuadamente identificado con carteles de alerta, ya que los componentes químicos son elementos peligrosos.

Posteriormente, una vez que  en ese depósito se ha acumulado una cantidad determinada de baterías, las autoridades del club deberían ejecutar una serie de medidas, que veremos más adelante, con el objeto de llevar a cabo la disposición final de las mismas sin afectar el medio ambiente.

Existen en la bibliografía métodos que apuntan a hacer la descarga a fondo de las LiPo y neutralizar sus componentes químicos, manteniéndolas sumergidas en agua con sal durante varias semanas, aunque hay experiencias en las que este mecanismo no tuvo el ciento por ciento de efectividad. Pero de todas maneras, como por su ubicación geográfica los campos de vuelo no están conectados a la red cloacal pública, cualquier alternativa que se adopte para desechar el agua resultante significará lisa y llanamente contaminar el medio ambiente, por lo que  no es oportuno aplicar este método en los clubes.

Aquí apreciamos como colocar la batería en el fondo del recipiente y mantenerla totalmente cubierta de agua salada.

Inmersa la batería en el agua salada, los extremos de los conectores comienzan a emitir burbujas.

 

Al cabo de mantenerla varios días sumergida y con la envoltura pinchada, la LiPo ha soltado bastante espuma.

Un aficionado norteamericano decidió desarmar una LiPo (no se recomienda realizar estas prácticas) que había mantenido en agua salada, sin pincharla, y descubrió que una de las celdas del pack, prácticamente no había perdido nada de su carga inicial. Como ha habido otros casos similares, hay quienes consideran que este método no está en condiciones de asegurar la descarga de las baterías.

 

Por otro lado hay un documento, transcrito en el “Anexo” de esta nota (su lectura es muy ilustrativa), que describe una acabada forma de proceder a la disposición final de pilas agotadas, evitando agredir al medio ambiente. Del mismo hemos extraído los conceptos básicos y realizamos una adaptación más sencilla y económica para llegar prácticamente a los mismos resultados. Seguidamente detallamos al que podemos denominar “Método APUCA para desechar LiPos”.

Se prepara mezcla (3 a 1) de arena y cemento. En el fondo de un balde de albañil se coloca una capa de la mezcla de unos 5cm de espesor, de consistencia no muy chirle sino bien cremosa. Sobre la misma se depositan las baterías a descartar, procurando que ninguna quede cerca de las paredes del balde. Luego se termina de llenar el balde con la mezcla hasta que queden totalmente sumergidas en la misma. Se presume que estos operativos no serán muy frecuentes y que para reunir la cantidad de baterías descartadas suficiente para llenar el balde probablemente sea necesario esperar varios meses.

Ahora se presentan dos opciones. Una de ellas es enterrar el balde, pero esto no es recomendable ya que por las rajaduras que pueden producirse, y que no serán vistas, se introducirá la humedad del suelo y difundirán los tóxicos en toda la tierra circundante. La otra es dejarlo en un lugar apartado del campo de vuelo, con carteles de advertencia para los que se sientan tentados a andar “cirujeando” por ese lado. No hay que intentar desmoldar el contenido del balde, ya que el bloque de cemento se romperá (si no ocurre de inmediato sucederá más tarde) arruinando todo el trabajo. Periódicamente se inspeccionará el “cementerio” para reparar algún balde o bloque de cemento rajados como consecuencia de su exposición a la intemperie.

 El objetivo final queda bastante claro, como los componentes químicos de las baterías “muertas” aún siguen siendo tóxicos (y así seguirán durante muchos años), deben ser mantenidos alejados de la naturaleza, demostrando una actitud responsable hacia el suelo y hacia quienes lo habitarán en el futuro.

En casa

El síntoma habitual de que cualquier batería recargable “no va más” es cuando “no agarra carga” o bien, una vez totalmente cargada, la descarga se produce muy rápidamente. En el caso de las LiPo también se suman los síntomas que hemos detallados más arriba y como estamos en casa podemos aplicar algunos métodos para  “desactivarlas” lo más posible.

En primer término le conectaremos la/s lamparita/s a la que ya nos hemos referido anteriormente. Esto también se puede hacer con un descargador electrónico, pero como estos aparatos están diseñados para ser usados durante la vida útil de baterías en buen estado, las descargan solo hasta  determinado umbral inferior, precisamente para protegerlas.

Sencillo dispositivo para descargar la LiPo a través de una lamparita de stop de auto.

En recipientes como este económico balde de albañilería “descasarán en paz su sueño final” las LiPo que hayan decidido dejar de prestarnos sus valiosos servicios.

 

 

 

Rescatar los conectores es optativo. El método del agua salada, si bien no ha probado un 100% de efectividad, es de ayuda para nuestro objetivo, descargará parcialmente la batería (no hay seguridad del porcentaje de descarga que se logrará) y neutralizará en parte (tampoco hay seguridad de la proporción) algunos de los elementos tóxicos. Para ello se coloca/n la/s batería/s en un recipiente que se ubicará al aire libre y alejado, sumergida/s en unos 10 a 15 litros de agua con sal en la proporción de media taza de sal por cada cuatro litros de agua. La cantidad de agua obedece a la intención de lograr una mayor dilución de los componentes tóxicos, con menos agua, mayor concentración tóxica.

Así se mantendrán por lo menos por dos semanas, vigilando periódicamente y reponiendo el agua (solo el agua) que se haya evaporado. Luego, sin necesidad de retirarlas del recipiente, usando una varilla larga con punta afilada se perforará  la envoltura de las celdas, y allí se las dejará por otro par de semanas. Al cabo de ese tiempo se dará por terminado el tratamiento. La acción de perforar la envoltura y permitir que el agua actúe sobre los componentes de la misma contribuye a la descarga de la batería. El agua utilizada se descartará en el sistema cloacal directamente vía inodoro, en la red pública la misma se mezclará con la gran cantidad de desechos líquidos y no líquidos que se incorporan constantemente al sistema, por lo que se producirá una poderosa disolución del contaminante y el daño ecológico que provoquemos será infinitamente pequeño.

 Por su parte la/s batería/s será/n empaquetada/s con dos o tres bolsas plásticas gruesas y, en el próximo viaje al club, se depositarán en el recipiente destinado a ellas al cual nos hemos referido anteriormente. La otra opción es colocarla/s en botellas plásticas debidamente empaquetadas y encintadas, y sacarlas a la calle junto con la basura domiciliaria. Pero esta alternativa no es recomendable ya que es de público conocimiento que no existe un eficiente sistema de separación y reciclaje de este tipo de residuos (más allá de planes e intenciones al respecto) por lo que en algún momento el destino probable sería contaminar el medio ambiente.

Conclusiones

Hasta hace pocos años las LiPo eran una rareza, hoy día son de lo más comunes y es seguro que la avalancha seguirá en ascenso. Estas líneas (que por supuesto están abiertas a toda propuesta mejoradora) procuran ilustrar sobre algunos riesgos de estas modernas tecnologías, generando conciencia sobre ellos y brindando pautas concretas de procedimientos que pueden ser adoptados para neutralizarlos. En esta instancia las autoridades de los clubes se encuentran ubicadas en la posición ideal para jugar un papel relevante sobre este tema, brindando a los socios la información necesaria y las facilidades para concretar medidas destinadas a evitar riesgos de accidentes y proteger el medio ambiente.

Anexo

Transcribiremos las partes pertinentes de un trabajo subido a Internet por el Grupo Capital SA (GCSA), una entidad dedicada a aportar al crecimiento y desarrollo de las comunidades. Se trata de un plan completo de recolección, tratamiento y disposición de pilas y baterías. Este trabajo ha sido tomado como modelo para desarrollar el “Método APUCA” antes descripto, mucho más económico y simplificado y prácticamente con los mismos resultados.

Con todas las pilas... usadas...

(http://www.lineacapital.com.ar/?nota=63)

Son altamente contaminantes, pero hay formas de evitar que afecten el medio ambiente, solo hay que tomar la decisión de promover campañas de concientización y recrear centros de recepción de pilas usadas

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Objetivos

Dar una respuesta definitiva y segura al problema que representa la disposición de pilas usadas, que son residuos de alta toxicidad y por lo tanto peligrosos.

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Tratamiento - Disposición final

El tratamiento de pilas en desuso consistirá fundamentalmente en obtener un mecanismo que asegure que no se producirá contaminación por lixiviación.

El proceso electroquímico de las pilas no se agota cuando esta deja de entregar energía suficiente sino que continúa produciendo corrosión por diferencia de potencial, que deriva de la envolvente metálica. De este modo los iones de metales pesados pasan a formar parte del lixiviado.

En tal sentido se diseñará un sistema que cuente con cinco barreras de seguridad, conformadas por el uso de tres componentes:

Compuesto químico que neutralice, inhibe y secuestre posibles pérdidas de los metales pesados que contienen las pilas. (En adelante “el secuestrante”)

Bolsas de polietileno de alta densidad, termo selladas.

Claustro (bloque de hormigón, relleno de tubo de 110 mm PVC polivinilcloruro, etc.

Pasos del tratamiento

Los pasos del tratamiento, con los cuales se obtendrán las cinco barreras de seguridad, serán los siguientes:

1. Se tomará una cantidad aproximada de cincuenta pilas, introduciéndolas en una bolsa pequeña y se volcará en su interior polvo secuestrante en cantidad suficiente para que las pilas queden cubiertas totalmente. (Secuestrante 1ra barrera-Bolsa termo sellada 2da barrera).

2. Se colocarán de tres a cinco bolsas pequeñas en una bolsa mayor, repitiendo el vuelco del polvo secuestrante en su interior, realizando el posterior termosellado. (Secuestrante 3ra barrera-Bolsa termo sellada 4ta barrera).

3. La bolsa grande se introducirá en un molde para la construcción del bloque de hormigón, previniendo que mantenga una distancia apropiada de sus caras superior e inferior como así también de sus laterales, recomendándose que sea como mínimo de cinco centímetros la distancia con el exterior del bloque terminado. Para esto se deberá realizar un primer vuelco de material, vibrarlo, verificar el espesor resultante, introducir la bolsa y completar la carga, rasando por último la cara superior. (Bloque de hormigón 5ta barrera).

Una vez terminado el tratamiento, la disposición final se referirá al uso posible de los bloques de hormigón y de tubos PVC rellenos.

Se deberá tratar a dicho tubo como material peligroso, por lo tanto se almacenará en un lugar seguro o bien se lo usará como relleno en obras de construcción que aseguren su permanencia "eterna".

Cabe destacar finalmente que el proceso de tratamiento deberá ser llevado a cabo por personal idóneo en el manejo de residuos peligrosos, debiéndose capacitar para tal fin.

Equipos e Insumos necesarios para el tratamiento

-Máquina envasadora Modelo H 400 Lipari (consumo 400 W, Selladora tipo horizontal)

-Anteojos de seguridad policarbonato

-Guantes de látex descartables

-Guantes de policloropreno resistentes a ácidos y solventes.

-Cucharas plásticas dosificadoras para 100 gr y 50 gr.

-Protectores respiratorios buconasales.

-Delantales atóxicos amarillo-blanco de 0.90 y 1.10 mm.

-Mamelucos Grafa

-Potes de Plásticos

-Folletos y calcomanías

-Formulación del secuestrante para 10 Kg.

-Cal (hidróxido de sodio): 50 % - 5 Kg.

-Cemento: 49.25% - 4.925 Kg.

-EDTA (ácido etilentetracetico disodico): 0.5% - 0.05 Kg.

-Tartracina: 0.25% - 0.025 Kg.

-Tiene que quedar en claro que:

A - Es un acondicionamiento. El problema de fondo no está solucionado.

B - Son residuos peligrosos y por lo tanto, desde el momento en que se las empieza a juntar tienen que ser manipuladas por personal con la precaución correspondiente. Los ideal es que se haga en escuelas técnicas, y bien asesoradas, empleando todos los procedimientos técnico-legales del manejo de residuos peligrosos.

C - Queda claro que "no eliminamos ni reducimos el contenido de contaminantes". Por lo tanto, la disposición no es final sino transitoria. Los bloques tienen que quedar a buen resguardo, para ser tratados en algún momento. Bajo ningún concepto se pueden usar como elementos de construcción, ni para postes, ni nada que en algún momento pueda ser demolido.

(www.eco-sitio.com.ar)