Así comenzó ...
Bernardo Madriz Vargas
Costa Rica
De niño un día mi papá me regaló un AT-6 Texan .049 todo plástico el cual fuimos a volar a una plaza cercana a casa. En su primer intento y siguiendo únicamente las instrucciones escritas -ya que ninguno de los presentes conocía del tema-, el avioncito se comportó como un carrito ya que ese día no dejó el suelo. Luego de muchos intentos fallidos, logramos al fin medio volarlo y recuerdo las innumerables reparaciones realizadas a este avioncito hasta que no pudo más.
Toda esta aventura cobró en mí para siempre el interés por la aviación y el aeromodelismo.
En uno de esos días en la plaza y de intentos de vuelo, quizás atraído por el sonido, llegó a nuestro encuentro Fernando Mora, un aeromodelista experimentado con quien inicié una amistad y junto con un grupo de amigos de barrio aprendimos a dar nuestros primeros pasos en el control de línea, construyendo y aprendiendo a volar nuestros primeros aviones pasando luego a volar tablitas de Flite Streak con el glorioso Fox .35 construidos de planos y con la orientación de Fernando quien nos enseñó las maniobras básicas.
Por aquellos años finales de los 60, no existían en Costa Rica tiendas de aeromodelismo, por lo cual Ricardo Saprissa -otro aeromodelista-, nos traía la balsa del interior del país y nuestro esfuerzo era convencer a los ebanistas de que nos cortaran el tronco de balsa a las medidas necesarias, resultado de ello es que se perdía mucho material en aserrín y no todo taller aceptaba el encargo. Con el material de forro corríamos con la misma suerte de no encontrarlo y entonces experimentábamos comprando en librerías toda clase de papel para ver cuál de todos servía, incluso recuerdo haber forrado un Flite Streak con medias de nylon para mujer, con un peso resultante que ni les cuento. Por esta época construí un Talon y un Ares para Fox .35 de los cuales guardé las siguientes fotos.
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Ya por la década de los 70´s comencé mis estudios universitarios por lo que vendí todo lo que tenía de aeromodelismo y me retiré de la actividad por muchos años. Un día me enteré de un Festival internacional de aeromodelismo de radio control organizado por el aeromodelista Julio Pastora y asistí al evento donde el olor inconfundible de la mezcla de combustible me reanimó el recuerdo y la “fiebre” por los aviones y motores. Fue así como decidí, luego de concluir mis estudios y como premio o descanso, incursionar nuevamente en control de línea y compré una revista donde venía la dirección de un proveedor de planos, escogí y mande a traer por correo el plano del Nobler el cual comencé a construirlo con los materiales conocidos por mí de años atrás y preguntando por balsa, entonces Julio Pastora me refirió a Sergio Saborío, un aeromodelista de control de línea de toda la vida, quien me visitó en casa para ver que estaba haciendo. Al ver mi construcción en proceso me aconsejó sobre los nuevos materiales y técnicas de construcción. Así empecé una entrañable amistad y junto con otros amigos ucontroleros sigo en esta maravillosa actividad del aeromodelismo de control de línea.
Un cordial saludo y felices vuelos.