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LAS LINEAS DE .....

Juan Carlos Pesce (LV 2820) - jcp541@gmail.com
  
  
El Mantel de Favale - Octubre 2011
 

Durante un concurso de acrobacia a principios de los 60’s tuve oportunidad de ver un modelo que me llamó mucho la atención. No por el modelo en sí, que era un conocido “Nobler”, sino por la decoración del mismo, ya que a pesar de ser todas líneas rectas, era de una elevada complejidad y revelaba inmediatamente que el trabajo de pintura había insumido muchas horas.
En un primer momento me pareció que era un motivo escocés, entonces me acerqué para observarlo bien y vi que no era exactamente así, solo algo parecido, también me enteré que el autor de la obra era Pedro Favale, piloto de primera línea en aquellos años y me hubiera gustado levantarlo del suelo para mirar sus detalles más detenidamente. No obstante deseché la idea de inmediato dado que alrededor del mismo se estaban desarrollando las actividades habituales en cualquier concurso y no me pareció oportuno molestar y entonces me quedé con las ganas, sin saber que aunque pasarían muchos años, iba a tener la satisfacción de tenerlo entre mis manos.
El modelo estaba perfectamente construido, como todos los de Pedro, y el impecable trabajo de pintura revelaba la extraordinaria capacidad de su autor. Por supuesto que se hizo famoso en el ambiente y fue bautizado “El mantel” por recordar su dibujo a los diseños por entonces habituales del elemento que engalanaba las mesas de los comedores hogareños. Posteriormente, charlando con mis amigos (yo pertenecía al C. A. Ciudadela) me enteré que Pedro y sus allegados solían registrar el tiempo neto que les llevaba la construcción de cada modelo, y él en particular tenía un “reloj de control” con el cual “marcaba tarjeta” al inicio y al fin de cada período de trabajo en sus modelos. Para los que no conocieron ese sistema de control, cabe aclarar que en aquellos años en la gran mayoría de los lugares de trabajo existía un dispositivo de este tipo en la puerta de entrada, y cada empleado tenía asignado un tarjetón de cartulina con su nombre, que introducía en una ranura de ese reloj al entrar y salir del trabajo, y el aparato dejaba impresa en el tarjetón la hora de entrada y de salida.
Muchos años más tarde trabé amistad con Pedro y en oportunidad de realizar el reportaje publicado en su momento en “El Aeromodelista”, saqué el tema a colación. Entonces Pedro con una sonrisa me dijo que la realidad había sido bastante distinta. El “reloj de control” jamás existió y ellos no llevaban un minucioso registro de los tiempos que le dedicaban a sus modelos, solo una idea global del tiempo empleado (tal como algunas veces hacemos todos), y la única vez que él había registrado los tiempos en detalle había sido precisamente con ese modelo, pero solo durante la etapa de pintura y decoración, ya que como sabía de antemano que invertiría mucho tiempo en eso, quería saber concretamente al finalizar, cuantas horas de trabajo le había consumido. Él me mencionó en ese momento la cantidad de horas, pero lamentablemente no registré el dato ya que esa fue una conversación aparte y el tema no formaba parte del reportaje.
Lo que sí quedó probado en esa oportunidad fue como, a partir de una pequeña porción de verdad se va formando una “bola de nieve” que magnifica y deforma los hechos, que suelen de esta manera pasar a la historia bastante distintos de la realidad… Por su parte “El mantel” pasó a integrar (cuando la misma fue inaugurada, en 2007) la Exposición Permanente de Aeromodelismo, ubicada en el Museo Nacional de Aeronáutica, en la localidad de Morón (Pcia. de Bs. Aires).

El autor se da un gusto… cuarentaitantos años después!

Ha sido necesario realizarle alguna reparación en el entelado de las alas. Se notan partes de las líneas blancas que no tienen el envejecimiento de los años.

Si bien el hecho no es relevante, se señala que las ruedas colocadas actualmente no son las originales.

Cuando se lo instaló en el Museo fue colgado en posición invertida, para exponer mejor el trabajo realizado por Pedro Favale.