APUCA - Asociación de Pilotos U-Control Argentinos - www.apuca.com.ar
        LAS LINEAS DE JUAN CARLOS PESCE
jcp541@gmail.com

¡Controversias eran las de antes!

Por Juan Carlos Pesce (LV 2820) - Junio 2019

Cuando el aeromodelismo nació lo hizo con modelos de Vuelo Libre y durante muchos años esa fue la modalidad practicada hasta que aparecieron los modelos de Vuelo Circular, y entonces los aparatos se pudieron controlar durante el vuelo. Le llamaban “control alámbrico”, porque se piloteaban (y se sigue haciendo) a través de cables metálicos.

El U-Control fue ganando adeptos y fue abriéndose paso en un medio en el que la categoría Vuelo Libre era “reina y señora” y, como buenos seres humanos que somos, cada modalidad tuvo sus simpatizantes y sus detractores. Oportunidades para enfrentarse no faltaron y aquí recojo uno de esos momentos, ocurrido en 1951 a través de las páginas de la revista “Aeromodelismo”, publicación que hizo historia en nuestro aeromodelismo.

El “primer acto” se produce con la publicación de una nota de un aeromodelista u-controlero que, después de haber escuchado muchos comentarios sobre el tema, desea volcar por escrito sus impresiones en defensa del u-control frente al vuelo libre, que era la modalidad líder de esos momentos, y las presenta con el provocativo título “Póngale cables”.

Pronto aparece la amplia respuesta de un conocido y famoso aeromodelista (titular de una casa de aeromodelismo que tuve oportunidad de visitar, en Esmeralda 707) cultor del Vuelo Libre, quien en defensa de su postura volcó argumentos que llamaron mi atención y me movieron a escribir estas líneas.

Hago entonces el análisis de cada una de las publicaciones y también agrego las notas originales para quien desee “ir a las fuentes”. Finalmente, saco mis conclusiones sobre este tema que se remonta a épocas tan pretéritas y todavía sigue vigente.

Póngale cables”

Por A.E. Mancini
“Aeromodelismo” Nro. 14 Febrero 1951 Pág. 41

Click en la imagen para ampliar
pon1


Se evidencia rápidamente desde el inicio de la nota, la existencia en el ambiente de una puja entre los cultores del Vuelo Libre y los del U-Control, variante practicada por el autor del artículo.

Plantea al inicio los argumentos factibles de esgrimir por los amantes del Vuelo Libre en favor de su actividad y luego manifiesta no tener intenciones de rebatir esas opiniones por tratarse, en general, de una tarea ardua y difícil. Es evidente que ya había experimentado experiencias negativas al respecto.

A partir de ese punto desarrolla una serie de consideraciones a favor del U-Control, destacando en especial las características de las categorías en las que los modelos de U-Control tienen ventajas frente a los de Vuelo Libre. Tales como escala o velocidad.

La parte culminante del artículo la dedica a demostrar los esfuerzos y dificultades de trimado y puesta a punto que plantean los modelos de U-Control, apuntando a explicar que quienes practican esta variante del aeromodelismo no lo hacen porque sea más cómodo, sino porque les gusta. Y a los que no lo crean les propone que el próximo modelo que construyan sea de U-Control.

Sáquele los cables”

Por Faby Mürsep
“Aeromodelismo” Nro. 16 - Abril 1951 - Pág. 14

Click en la imagen para ampliar
sac1



Click en la imagen para ampliar
sac2


Comienza el autor explicando que a un modelo de U-Control jamás se le pueden sacar los cables y que el título de su nota es solo una manera de plantear su defensa del Vuelo Libre. Luego explica que ha construído varios modelos de U-Control por lo que no está en contra de esa variante del hobby y en cambio la puede juzgar imparcialmente.

Luego expresa que los u-controleros usan como argumento el hecho de que sus modelos son más reales, lo que facilita la apreciación y comprensión por parte de la mayoría de la gente. Y a continuación agrega que ya se sabe lo que opina alguna gente de un aeromodelista y se pregunta “¿Cuándo nos importó lo que de nosotros pensaba la gente? y agrega “¡Nunca nos interesó! Entonces el U-Control tampoco es para la gente”, concluye en forma rotunda.

A partir de allí manifiesta su opinión en el sentido de que uno de los mayores incentivos del U-Control es su comodidad. Y detalla que es cómodo de construir, de transportar, de hacer volar sin gran trabajo de centrado y sobre todo, cómodo para superar velocidades. Y dice: “Sale un nuevo motor y la velocidad aumenta. ¿Aparece una hélice nueva? También aumenta. Un químico logra mezclar mil demonios…. Y la velocidad sigue aumentando”.

Ya concentrado exclusivamente en la categoría velocidad y sin hacer referencia en ningún momento a ninguna otra categoría, el autor continúa: “Pero, ¿y cuanto han cambiado los modelos?. Cómodamente han cambiado muy poco. Es cuestión de acertar con la posición de la aguja…” y luego continúa con otras consideraciones en ese tono hasta desembocar diciendo: “…no ha de estar lejos el día en que fabricarán un motor con las aletas de refrigeración bastante más grandes que las actuales y con forma de alitas, para que todo el modelo de U-Control sea solo eso (el motor) y no haya que agregarle nada más que los cables”.

Después de esa contundente declaración aclara que solo está exagerando y que acaba de pactar con un especialista de U-Control en que hará un modelo de esa especialidad, a cambio de que el otro haga uno de Vuelo Libre, ya que le quiere mostrar la diferencia y hacerle conocer lo verdaderamente deportivo que es el Vuelo Libre. Y procede a describir los beneficios de correr kilómetros por los campos, desafiando al U-Controlero a sacrificarse saliendo de madrugada para llegar hasta el campo a hacer vuelos de prueba bajo el rocío, o perder el almuerzo por seguir un modelo en térmica, etc.

Continúa desafiándolo a conocer lo que significa que toda la chance de un concurso dependa de su instinto de orientación para recuperar el modelo y de la velocidad de sus piernas para volver a tiempo para hacer el resto de los vuelos del concurso. Porque en realidad, declara, el concurso lo estará ganando la velocidad del participante y no la del modelo. Y concluye que “todo eso se puede saborear en Vuelo Libre, que siempre le deparará emociones nuevas en contacto con la naturaleza y corriendo, corriendo cada vez más lejos”.

Y el remate final lo realiza con un vibrante exhorto: “No se quede dando vueltas, haga Vuelo Libre y conocerá los verdaderos triunfos… y todo no es a veces muy cómodo, pero es deporte para ayudar a templarnos para cualquier triunfo o sacrificio en la vida”.

Conclusiones

Lo antes relatado no fue el único momento en que se pusieron en evidencia estas diferencias. De hecho la situación se mantiene hasta hoy día y conduce a tratos que hasta podríamos arriesgarnos a calificar de discriminatorios, por parte de los directivos. Para entender el problema vamos a ir al meollo de la cuestión.

Un simple vistazo a la actividad que practicamos nos permitirá establecer la existencia de modalidades sumamente distintas entre si. Para darnos cuenta de eso basta comparar, por ejemplo acrobacia R/C con indoor, o con VL goma, o con velocidad U-C, o con la que usted elija, y entonces veremos que el deporte que llamamos aeromodelismo es en realidad un gran “paraguas” bajo el cual conviven muchos deportes muy distintos entre si y por lo tanto con condiciones diferentes.

De ello se deduce que quienes agarren la manija de ese paraguas en calidad de máximos directivos deben primero comprender el concepto referido en el párrafo anterior y segundo, estar dispuestos a compenetrarse en cada uno de esos diferentes deportes y sus necesidades individuales. Será la única manera en la que podrán cumplir cabalmente su función y evitar caer en el favoritismo y la discriminación. Concentrarse solo en alguna de las modalidades más populares tarde o temprano conduce a la injusticia.

No será una tarea fácil para quienes pretendan desempeñar funciones directivas de máximo nivel, pero a la ocasión le cabe aquella antigua sentencia de nuestros mayores: “Si te gusta el durazno bancáte la pelusa”.